Un riesgo para el parto prematuroEl embarazo es una etapa especial de la vida para la mujer y su familia. Es una época de muchos cambios: en el cuerpo de la mujer embarazada, en sus emociones y en la vida de su familia. Aunque estos cambios ocurren por un motivo feliz, a menudo representan un mayor estrés en la vida de las mujeres embarazadas activas que ya enfrentan muchas exigencias en su casa y en su trabajo. El exceso de estrés puede ser perjudicial para cualquier persona. A corto plazo pueden producir cansancio, insomnio, ansiedad, falta o exceso de apetito y dolores de cabeza y de espalda. Cuando el exceso de estrés se prolonga demasiado tiempo, puede provocar problemas de salud potencialmente serios, como una menor resistencia a las enfermedades infecciosas, alta presión arterial y enfermedades cardíacas. Las mujeres embarazadas que padecen altos niveles de estrés también pueden tener un riesgo mayor de parto prematuro,1 es decir, cuando los bebés nacen antes de las 37 semanas de gestación. Los bebés demasiado pequeños y prematuros están expuestos a un riesgo mayor de tener problemas de salud inmediatamente después de nacer, incapacidades permanentes, como retraso mental y parálisis cerebral, e incluso la muerte. La mayoría de las mujeres suele lidiar bien con los cambios emocionales y físicos del embarazo y otras causas de estrés en sus vidas. Por lo general, las mujeres embarazadas que sienten que pueden controlar su estrés (que se cuidan, que se sienten activas en lugar de cansadas y que funcionan bien en su casa y el trabajo) no están expuestas a riesgos de salud por esta causa. Las mujeres embarazadas a las que les preocupe el nivel de estrés en su vida y su capacidad para manejarlo, deberían hablar con su médico. Él podrá indicarles a dónde recurrir para obtener ayuda en su comunidad y qué hacer para reducir y controlar el estrés. ¿Qué tipos de estrés pueden contribuir al parto prematuro? El estrés de la rutina diaria al que todos estamos expuestos, como las exigencias laborales y las demoras en el tránsito, no contribuye demasiado al nacimiento prematuro. Es importante tener en cuenta que el estrés no es totalmente malo. Si se lo controla adecuadamente, un poco de estrés puede proporcionarnos la fuerza necesaria para enfrentar nuevos desafíos. Pero ciertos tipos de estrés severo o permanente pueden representar un riesgo durante el embarazo.
jueves, 18 de octubre de 2007
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