miércoles, 8 de agosto de 2007

ESTRÉS? APRENDA A VIVIR CON ÉL!


Para quienes vivimos en grandes ciudades es inevitable que de vez en cuando el estrés se apodere de nosotros; manos sudorosas, mandíbula tensa y cambio en la frecuencia de los latidos del corazón son las primeras señales de que estamos en tensión, pero, ¿cuáles son las causas de tales circunstancias y cómo podemos controlarlas?
El estrés es una respuesta natural del cuerpo a las situaciones que lo amenazan, una forma de mantenerlo "alerta" por si necesita defenderse, ya que incluso se presenta con el sólo hecho de recordar una circunstancia amenazante. Gracias a estos impulsos obtenemos la energía suficiente para realizar gran parte de nuestras actividades cotidianas, lo que se llama "estrés positivo".
Sin embargo, la otra cara de la moneda se basa en el hecho de estar expuestos frecuentemente a diversos tipos de situaciones estresantes, ya sea en el entorno familiar, laboral o social. Los síntomas físicos podemos identificarlos mediante incremento de la actividad del corazón, sudoración, escalofríos, nudo en la garganta, boca seca, dilatación de pupilas, dificultad para respirar, falta de concentración y de autocontrol, ansiedad, adicciones, trastornos del sueño y alimentación, problemas para tomar decisiones, baja productividad, insatisfacción y mal ambiente laboral.
Cuando la causa de nuestro estrés no ha sido identificada y mucho menos controlada, los efectos van más lejos, de manera que afectan gravemente nuestra salud: aparecen migrañas, considerable baja de nuestro sistema inmunológico (lo cual ocasiona infecciones), cansancio crónico, deterioro de nuestras relaciones personales y laborales, crisis de pánico, angustia, abandono de nuestros proyectos, falta de motivación, frustración, pérdida de autoestima, depresión severa y, en casos extremos, suicidio. Un círculo vicioso en el que el estrés ocasiona graves padecimientos y estos, a su vez, incrementan a aquel.
La clave está en que cuando caigamos en dichos estados sepamos reconocerlos y actuemos para controlarlos, de esta manera evitaremos que avancen. Tengamos en cuenta que siempre hay alternativas que nos ayudarán a relajarnos y aprender a vivir dominando el estrés.

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