miércoles, 1 de agosto de 2007

STRESS EN LOS NIÑOS


Por stress entendemos, un estado tensional y se puede definir como la sensación de agotamiento que cierra o limita la capacidad de continuar desempeñándose en las actividades cotidianas. Se genera por un nivel de demandas demasiado altas de parte del ambiente.
Frente a estas exigencias excesivas, el menor se siente incapaz de responder, o al tratar de hacerlo y lograrlo llega a la situación de agotamiento y cansancio ya descrita.
Considerando esta descripción, cualquier persona está expuesta a sufrirlo, incluidos los niños que sean sometidos a estas condiciones. Por lo tanto el stress en los niños y niñas si existe.
Algunos síntomas característicos que se presentan como consecuencia de este estado, son los siguientes:
8 Dolores de cabeza
8 Problemas digestivos frecuentes
8 Sensación de cansancio permanente
8 Alteraciones del sueño, ya sea sueño excesivo o insomnio
8 Falta o exceso de apetito
8 Faltas de concentración que antes no existían
8 Sensación de intranquilidad
8 Irritabilidad
8 Sentimiento de incapacidad para realizar cualquier tarea
¿QUE HACER?
1.- Si los padres o profesores detectan en un niño o niña un cambio de conducta con síntomas semejantes a las descritas, resulta conveniente consultar con el especialista, médico y/o psicólogo, para que hagan un diagnóstico diferencial. Es importante la participación, de los especialistas, pues puede tratarse de distintas alteraciones, desde un problema orgánico a una depresión. Esto indicaría una forma de tratamiento y manejo especial.
2.- Por otra parte, es importante prevenir en este sentido, manteniendo un nivel de exigencias escolares, extraprogramáticas y familiares, acorde a la edad del niño o niña. Muchas veces en el afán de estimular el desarrollo se exagera y se cae en la sobrecarga para el menor.
3.- Todo ser humano, desde pequeño, necesita de tiempo de recreación y de ocio. Este resulta muy importante para una maduración armónica.
4.- Finalmente si se establece que lo que el niño o niña está viviendo efectivamente se trata de una situación de estrés o agotamiento, cabe entonces, "abrir los ojos" y preguntarse seriamente ¿Cómo hemos llegado a éste punto? ¿Qué creencias erróneas nos han guiado, que nos han impedido darnos cuenta del exceso de esfuerzo que hacen nuestros hijos? O peor aún ¿Hemos impulsado nosotros a nuestros hijos a hacer ese esfuerzo excesivo?
Ante esto último, hagamos un alto y reflexionemos para enmendar y prever a futuro, en relación con nosotros mismos y con los demás a nuestro cargo…nuestros hijos.Envíenos sus dudas y comentarios a
editora@todoninios.cl .

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