Es posible que los niños no se den cuenta de que están estresados. Los padres pueden sospechar que un niño tiene estrés excesivo si éste ha tenido que experimentar una situación potencialmente estresante y comienza a mostrar síntomas como:
Síntomas físicos
dolor de cabeza
molestia estomacal o dolor de estómago vago
alteraciones en el sueño
pesadillas
enuresis nueva o recurrente
disminución del apetito y otros cambios en los hábitos alimentarios
tartamudeo
otros síntomas físicos sin enfermedad física
Síntomas emocionales o de comportamiento
ansiedad
preocupaciones
incapacidad de relajarse
miedos nuevos o recurrentes (miedo a la oscuridad, a estar solo o a los extraños)
aferrarse al adulto, incapaz de perderlo de vista
comportamiento inquisitivo (puede o no hacer preguntas)
rabia
llanto
gimoteo
incapacidad para controlar sus emociones
comportamiento agresivo
comportamiento terco
regresión a comportamientos típicos de etapas anteriores del desarrollo
renuencia a participar en actividades familiares o escolares
Síntomas físicos
dolor de cabeza
molestia estomacal o dolor de estómago vago
alteraciones en el sueño
pesadillas
enuresis nueva o recurrente
disminución del apetito y otros cambios en los hábitos alimentarios
tartamudeo
otros síntomas físicos sin enfermedad física
Síntomas emocionales o de comportamiento
ansiedad
preocupaciones
incapacidad de relajarse
miedos nuevos o recurrentes (miedo a la oscuridad, a estar solo o a los extraños)
aferrarse al adulto, incapaz de perderlo de vista
comportamiento inquisitivo (puede o no hacer preguntas)
rabia
llanto
gimoteo
incapacidad para controlar sus emociones
comportamiento agresivo
comportamiento terco
regresión a comportamientos típicos de etapas anteriores del desarrollo
renuencia a participar en actividades familiares o escolares
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